Maslama b. Aḥmad al-Maŷriṭī

 

Junto a las ciencias religiosas, se cultivaron en al-Ándalus las llamadas ciencias de los antiguos, el más insigne de cuyos representantes fue Abū l-Qāsim Maslama b. Aḥmad al-Maŷriṭī. Este célebre matemático y astrónomo del siglo IV/XI debió de nacer en Madrid, como indica su gentilicio (nisba), aunque desarrolló su actividad científica en Córdoba. Se desconoce la fecha de su traslado a la capital del califato, pero se sabe que una de las etapas de su formación tuvo lugar allí con ‘Abd al-Gāfir b. Muḥammad al-Faraḍī, experto en la partición de herencias. Éste sin duda transmitió sus conocimientos de esta ciencia a su discípulo madrileño, quien añadió a éstos los de aritmética, geometría y astrología, aprendidos de otro de sus maestros, Abū Bakr b. ‘Īsà al-Anṣārī, quien, a decir de Maslama, era insuperable en geometría y en las demás ciencias matemáticas. Maslama, por su parte es calificado como el mejor matemático y astrónomo de al-Ándalus en su tiempo por su biográfo Ṣā‘id al-Andalusī. Todo este saber lo transmitió a una serie de discípulos andalusíes, entre los que se cuentan Ibn al-Samḥ, Ibn al-Ṣaffār, al-Zahrāwī y al-Kirmānī. Precisamente Mònica Rius considera una de sus aportaciones más importantes el haber creado una verdadera escuela de astrónomos que se prolongó durante generaciones, pues algunos de los discípulos mencionados, no sólo llegaron a destacar como científicos, sino que a su vez tuvieron discípulos de igual renombre que continuaron esta trayectoria. La grandeza científica de Maslama es inversamente proporcional a lo que conocemos de su vida, pues el autor mencionado no añade nada más a lo ya expuesto que la fecha de su muerte, ocurrida en el año 398/1007-1008 poco antes de que tuviera lugar la guerra civil o fitna cordobesa que iniciaría el desmembramiento del califato. Pero si apenas tenemos datos de tipo personal sobre él, sí se han conservado informaciones y manuscritos de las obras que escribió y de sus logros principales. Así, se sabe que fue autor de un tratado de aritmética comercial, conocido como Mu‘āmalāt. También escribió una pequeña obra sobre el astrolabio esférico, en la que se enseña cómo construirlo y usarlo. Otro título, Šarḥ Zīy Sindhind, es un comentario de las tablas de al-Juwārizmī, en el que introduce modificaciones a dichas tablas, entre las que se pueden citar su adaptación al meridiano de Córdoba y al calendario islámico. Además introdujo modificaciones a las tablas de al-Battānī en otra de sus obras. Conoció el Almagesto de Ptolomeo y escribió unas notas y adiciones al planisferio del astrónomo egipcio.

 

La importancia de su figura ha hecho que se le atribuyan obras que no son suyas, sino de alguno de sus discípulos e incluso de un autor homónimo, Maslama b. al-Qāsim (m. 353/964), a quien se tiene ya por autor cierto de la Rutbat al-ḥakīm y de Gāyat al-ḥakīm.

 

Apenas si se tiene información de tipo personal sobre Maslama. No se sabe de ningún hijo que continuara su labor, pues nada mencionan las fuentes árabes, y por tanto, no es cierta la existencia de Fátima de Madrid, supuesta hija y colaboradora de Maslama. Esta Fátima apareció hace algún tiempo en una conocida enciclopedia, quizá fruto de una confusión anterior; de ahí pasó a otras obras y, con el efecto amplificador de noticias que posee Internet, los logros que se le atribuyen han llegado tristemente a círculos científicos, sin que en ese camino nada más que a Ángel Requena Fraile se le haya ocurrido contrastarlos y desmentirlos.

 

 

María Luisa Ávila

Doctora en Filología Semítica (Universidad Complutense)

Humanidades Digitales: Arabismo. Prosopografía y biografía. Literatura biográfica árabe.

 

Edición de manuscritos árabes. Historia de al-Ándalus e Historiografía andalusí.

Extraído del Círculo Intercultural Hispanoárabe (CIHAR)