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Grandes huellas

Dijo Mao Tse Tung hace casi un siglo un mantra que marcaría las bases habladas y escritas sobre la opresión en base al sexo: “las mujeres sostienen la mitad del cielo”.

Estamos bien informados sobre las contribuciones de los hombres a la historia islámica y científica. Sin embargo, a menudo no reconocemos a las mujeres que provocaron el cambio.

Junto con ellos, las mujeres musulmanas desempeñaron un papel importante en el mundo islámico premoderno como eruditas, poetisas, gobernantes o militares.

Muchas de las mujeres que participaron activamente en el cuidado de la salud durante el tiempo del Profeta s.a.s ejercieron en el campo de batalla.

 

Una mujer destacada fue Rufayda Bint Saad al-Aslamiyya, conocida guerrera y médica practicante. Esta mujer que vivió en la época del profeta Muhammad s.a.s, a menudo se la conoce como la «la primera enfermera en el islam». Esta, adquirió la mayor parte de su conocimiento médico al ayudar a su padre médico, Saad. Se convirtió en una sanadora experta, tanto así que el Profeta ordenó que todas las personas heridas de guerra fueran enviadas a su tienda para recibir tratamiento.  

Intelectuales notables

 

Muchas mujeres musulmanas en la antigüedad persiguieron con éxito las matemáticas junto con otras curiosidades en diferentes áreas del conocimiento. Muchos historiadores como Ibn al-Jawzi, ibn al-khatib Baghdadi e ibn Kathïr elogiaron a Sutayta AL-Mahamali, a quién se le enseñó bajo la supervisión de varios estudiosos. Esta todoterreno mostró grandes habilidades en matemáticas, que fueron más allá de una simple aptitud para realizar cálculos, destacando en aritmética y cálculos secuenciales. También realizó notables contribuciones a campos como la literatura árabe, el hadiz (dichos y hechos del Profeta s.a.s) y la jurisprudencia.

 

 

Lubna de Córdoba, era conocida por su amor por lo académico. Sus habilidades en escrituras, gramática, poesía, matemáticas y otras ciencias no tenían paralelo. No solo era una figura de intelecto, sino que se convirtió en la secretaria y bibliotecaria real del palacio de los califas Abd al-Rahman III y su hijo al-hakam bin’Abd al-Rahman.

 

Zubayda Bint Abu Ja’far al-Mansur. Muchas mujeres musulmanas de orígenes ricos desempeñaron papeles importantes en el desarrollo de la civilización y la ciencia en el mundo islámico antiguo. Los famosos canales fueron parte del gran proyecto que ella dirigió, construyendo estaciones de servicio de pozos de agua a lo largo de la ruta de la peregrinación desde Bagdad a La Meca. Conocida por ser una mujer noble de grandiosa generosidad.

Cómo olvidar a una mujer dedicada a proyectos de ciencia y desarrollo como Fátima al-Fehri, una notable mujer que estuvo a la cabeza de la construcción de un complejo de mezquitas en Fez (Marruecos) que incorporó la Universidad de Qarawiyyin, la universidad más antigua del mundo. Y destacando una de las particularidades de dicha universidad son las salas de cronometraje, utilizadas por los astrónomos encargados de los cálculos de cronometraje y regulación y mantenimiento de relojes, algo de suma importancia para los muwaqqits (astrónomos) que tenían que comunicar los tiempos correctos de oraciones a las personas encargadas de la llamada de la oración.

 

La cámara dar al-munawaqqit de Al-Fehri se encuentra dentro del minarete de la mezquita Al-Qarawiyyin. 

Pronto, tanto la Mezquita como la Madrasa se convirtieron en referencia mundial y símbolo del conocimiento y la enseñanza superior. Miles de jóvenes asistían a las cátedras procedentes de todos los puntos del planeta, convirtiéndose en un rico punto de encuentro de pensadores y estudiosos.

Tras cientos de años de declive, en el siglo XV, la fuerza de su enseñanza se estancó y su plan de estudios disminuyó en alcance, así que, con el tiempo una parte significativa del prestigio que tuvo antaño fue recuperada nuevamente impulsada gracias a otra gran mujer.

Malika al-Fassi quien en la década de los 40 luchó por la independencia de Marruecos. Al-Fassi no concebía cómo la primera universidad de la historia, creada por una mujer, no podía aceptar entre sus fulas a estudiantes mujeres. Ella, juntos con oras activistas por la causa, presionaron a las autoridades para que dieran accesos ala niñas a las escuelas secundaria, abriéndose oficialmente a la enseñanza de mujeres en 1960. 

Y otra mujer más entra en la ecuación que ha permitido que la Universidad de Al-Qarawiyyin siga siendo hoy por hoy una institución educativa de prestigio. La arquitecta marroquí Aziza Chaouni, fue la responsable en 2016 del complejo proceso de restauración de la preciada biblioteca de la universidad. No se trataba de un proyecto sencillo, ya que se debía adaptar a los usos del siglo XXI un espacio muy deteriorado, conservando al mismo tiempo valiosos manuscritos con más de diez siglos de antigüedad.

No me cabe duda de que Fátima al Fihri estaría orgullosa de ver que el proyecto que comenzó con todo su empeño, hoy sigue consolidado como una importante universidad. Fue una gran pionera y ella dio forma, por primera vez en la historia, al concepto de educación superior creando la primera universidad. Su idea que se extendió por todo el mundo en la Edad Media, y tuvo como resultado la creación de otras instituciones de gran prestigio en Europa en los siglos siguientes, como la Universidad de Bolonia (fundada en 1088) y la Universidad de Oxford (fundada alrededor de 1096).

 

La historia de las mujeres musulmanas y sobre todo si estas han sido científicas «ha sido una “historia” condenada, como la de los campesinos y de los pobres, a no verse reflejada jamás en el discurso oficial». Y hoy, en una fecha tan especial y señalada sigue siendo imprescindible reivindicar y sacar de las sombras todas aquellas voces que algunas veces fueron calladas.

Aún queda mucho camino por andar, pero en días como hoy debemos ponernos las gafas de género y ser el cambio que se espera en la sociedad.

 

¡Feliz Día a todas!